Pero
hemos aprendido que la informática cliente-servidor es
extremadamente ineficiente cuando los sistemas informáticos y las
redes corporativas de las organizaciones aumentan de tamaño y
complejidad. Y esa es la cuestión principal. La informática basada
en el PC y
el modelo cliente/servidor ha crecido en los últimos 30 años desde
unas raíces simples y sencillas, hasta un modelo de inmensa
complejidad que solo es posible gestionar parcialmente a golpe de
talonario. El PC es una gran historia de éxito de la tecnología,
pero el ecosistema hardware y software que lo conforma es a día de
hoy poco sostenible, donde incluso la gestión, la adquisición y el
ciclo de vida de nuestro hardware y software son poco razonables. Por
otro lado, es innegable que de alguna forma los síntomas y
consecuencias de esta complejidad están siendo evidentes para la
mayoría de las personas que lideran empresas y organizaciones.
La
virtud inicial del modelo, se ha convertido en un problema de difícil
solución. El modelo ha llevado a las empresas a destinar de media
más de un 70% de su presupuesto tecnológico a pura operativa, lo
que popularmente llamamos mantenimiento. Aproximadamente el 30%
restante corresponde a la adquisición de nuevas infraestructuras
hardware y software. Cada vez que una organización adquiere una
nueva aplicación tiene que adquirir un conjunto de equipos o
servidores destinados a ello, equipos y recursos que normalmente
estarán muy por encima de la capacidad de carga ideal, adquiriendo
activos sobredimensionados. A más aplicaciones, más servidores y
recursos hardware, más reprogramaciones, más mantenimientos, más
equipos sustituidos, más traspasos, más actualizaciones, más
software, más errores, más dependencia, más recursos para
garantizar la seguridad, y por supuesto, más personal contratado y
un espectacular aumento del consumo eléctrico. De esta forma hemos
llegado a un escenario en la que las empresas disponen de sistemas
informáticos tremendamente complejos, parcheados y siempre a punto
de superar el umbral del caos. Sistemas voraces, en los que hay que
invertir cada vez más dinero y esfuerzo simplemente para mantener
“las luces encendidas”.
Pero algo está cambiando, el escenario PC-céntrico tradicional
está explotando en una multitud de dispositivos, sistemas operativos
y arquitecturas. Nuevas experiencia de colaboración online en el
mundo post-PC, un mundo más móvil, social, visual y virtual. Una era donde se abren infinitas oportunidades para llegar a la empresa eficiente e innovadora que tanto tiempo llevamos buscando.