Lo último en ciberdelincuencia es el SMiShing, ya definido en Wikipedia como un nuevo tipo de delito que utiliza técnicas de ingeniería social empleando mensajes de texto dirigidos a los usuarios de telefonía móvil. Se trata, en definitiva, de una variante del Phishing para teléfonos móviles.
Una de las primeras tácticas ha sido la de escribir spam que pretende proceder a una fuente fiable, como PayPal. Cuando esta empresa, que pertenece a eBay, supo que los spammers estaban utilizando su nombre colocó una firma digital en sus correos electrónicos y pidió a los proveedores de correo electrónico online como Yahoo o Google, que bloquearan cualquier correo que bajo su nombre no incluyera esta firma digital. Se calcula que se bloquean unos diez millones de correos al mes y desde Paypal afirma que esto en bueno porque si el usuario no recibe el mensaje es difícil que se convierta en una víctima.
El phishing no sólo impacta en los consumidores, en términos de pérdidas generales, sino en la seguridad de Internet y el daño que causa a la marca bajo la cual se esconde el fraude. Los expertos en seguridad afirman que están viendo cada vez más casos de fraude, en el que la víctima entrega su dinero, que de malware, que es software malicioso que, entre otras cosas, recoge número de tarjetas de crédito y contraseñas para los ladrones que posteriormente se venden en el mercado negro. Las personas que compran esta información la utilizan para hacer compras, conseguir dinero en efectivo o crear identidades falsas.